«Tenemos el reto de que los coches autónomos puedan circular de forma masiva y segura en nuestras ciudades inteligentes»

 Javier Panadero

Foto: Javier Panadero

21/10/2021
Rubén Permuy
Javier Panadero, investigador del grupo Internet Computing & Systems Optimization (ICSO) del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC

 

El barcelonés Javier Panadero fue uno de los investigadores más prolíficos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en cuanto a producción científica en 2020. Adscrito al grupo Internet Computing & Systems Optimization (ICSO) del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC, Panadero es experto en diseño de algoritmos inteligentes para la toma de decisiones en sistemas complejos. Además, es profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación, en los que codirige el máster universitario de Ingeniería Computacional y Matemática.

En una entrevista anterior, tu compañera Laura Calvet y tú explicabais la participación de ICSO en el proyecto altruista Coronamakers, con el objetivo de optimizar la recogida y distribución de materiales para los sanitarios, hechos con impresión 3D por particulares y entidades, en el complejo inicio de la pandemia. ¿Qué conclusión sacarías de esa experiencia?

Fue una experiencia muy positiva y gratificante en la que pudimos aplicar toda la investigación que hemos estado desarrollando en los últimos años en nuestro grupo de investigación para intentar dar solución a un problema muy complejo en un tiempo casi récord. La verdad es que fue un reto para todos, ya que el problema, aparte de ser muy complejo, era muy dinámico e iba cambiando en función de cómo avanzaba la pandemia. Cada día nos enfrentábamos a un problema casi nuevo al que había que dar solución en unas pocas horas. Todos los miembros del grupo de investigación estamos muy contentos de haber podido colaborar y aportar nuestro conocimiento para que los sanitarios pudieran hacer su trabajo de la mejor manera posible.

En ICSO colaboráis con empresas en distintos proyectos. ¿Qué papel debe tener la relación entre la investigación académica y el mundo de la empresa?

En mi opinión, en el ámbito tecnológico, que es el que conozco de cerca, debe tener un papel fundamental. Pienso que la principal motivación de un investigador debería ser ayudar a la sociedad con su conocimiento. Para que eso suceda, la investigación tiene que transferirse, ya sea a través de contratos con empresas o mediante doctorados industriales. Una vez se ha finalizado una investigación y se han realizado las publicaciones científicas para que otros investigadores puedan seguir avanzando, se debería intentar ir un paso más allá y aplicar la investigación, y eso únicamente se puede hacer con la ayuda de empresas. Por este motivo, universidad y empresa se necesitan una a la otra y deben ir siempre de la mano.

Como habéis demostrado en Coronamakers, en ICSO sois expertos en la aplicación de algoritmos en diversos ámbitos, como puede ser la logística de transporte. ¿En qué otros campos son útiles los algoritmos?

En nuestro grupo de investigación somos expertos en el diseño de algoritmos inteligentes, data science y machine learning, e intentamos aplicar las metodologías que diseñamos en campos tan distintos como la logística y el transporte, las finanzas, la producción, las telecomunicaciones, la sanidad o la bioinformática. Más que centrarnos en un campo de aplicación concreto, intentamos proponer diferentes tipos de herramientas que permitan ayudar en la toma de decisiones en entornos complejos.

¿Cuáles son algunos de los retos de futuro a medio y largo plazo que tiene vuestro ámbito de investigación?

La llegada de las ciudades inteligentes ha dado lugar a un gran número de nuevos desafíos que habrá que abordar durante los próximos años si queremos que este modelo urbano pueda desarrollarse completamente. Por ejemplo, la coordinación de vehículos autónomos con el entorno que los rodea es un problema que habrá que resolver para que puedan circular de forma masiva y segura por las ciudades. Otro sería la sostenibilidad ambiental de este tipo de ciudades, lo cual es un desafío muy importante y está marcado como objetivo en la Agenda 2030. En ambos casos, se requiere de algoritmos inteligentes para poder resolver estos retos.

En la última década, la tecnología ha acelerado muchos cambios en nuestra sociedad. ¿Has apreciado también cambios sustanciales en tu ámbito de investigación?

La investigación que realizamos en nuestro grupo es muy aplicada, y siempre intentamos resolver problemas que aparecerán en la sociedad en los próximos años, por lo que estamos en constante cambio y aprendizaje. La tecnología nos ha ayudado a que podamos resolver cada día problemas más complejos en un tiempo menor, ya que los recursos computacionales que tenemos actualmente poco o nada tienen que ver con los que teníamos hace una década.

La ciberdelincuencia o el uso indebido de nuestros datos son algunos de los miedos que nos pueden asaltar y generar rechazo hacia el aprovechamiento tecnológico en nuestro día a día. ¿Debemos ser cautos con el uso de la tecnología?

Aunque no soy experto en seguridad o ciberdelincuencia, sí que he podido percibir que tanto las empresas como los propios gobiernos no se han empezado a preocupar seriamente por esta cuestión hasta hace relativamente muy poco tiempo, lo que ha propiciado que los ciberdelincuentes se hayan aprovechado de ello y se haya generado una gran desconfianza por parte de la ciudadanía. Creo que está bien ser cautos, pero tampoco habría que ser escépticos en el uso de la tecnología, ya que ha llegado para hacernos la vida más fácil.

Entonces, ¿es un error rechazar la incorporación de determinadas tecnologías a nuestras vidas, como la móvil, los aparatos conectados o el internet de las cosas?

El internet de las cosas y toda su tecnología asociada han llegado para quedarse y hacernos la vida más fácil y cómoda, por lo que no hay que rechazarlos, ya que estaríamos cometiendo un gran error. Como comentaba, si queremos que esta tecnología sea completamente segura, las empresas que trabajan en ella deberían dar más protagonismo a sus expertos en ciberseguridad y, por otro lado, se debería crear una legislación clara al respecto. 

Eres profesor del máster universitario de Ingeniería Computacional y Matemática. ¿Qué puede aportar esta formación a quien la realice?

Con la llegada de la inteligencia artificial, el big data, el internet de las cosas o la industria 4.0, ya no es suficiente con ser un experto únicamente en computación o en matemáticas para poder optar a esos puestos de trabajo, sino que actualmente se busca un perfil mixto en el que el candidato combine ambas disciplinas. Como profesor y director del máster, lo que intento es ofrecer esta formación interdisciplinaria en las áreas de la computación avanzada y las matemáticas aplicadas. Además, esta formación también tiene un fuerte componente de investigación para aquellos estudiantes que quieran dedicarse al mundo académico, ya que da acceso a los estudios de doctorado.

¿Crees que ha cambiado el perfil del estudiante universitario del ámbito tecnológico respecto a cuando tú estudiabas?

Aunque quizás no tanto en la UOC —ya que, al ser una universidad en línea, tenemos estudiantes de todo el mundo—, sí que he podido percibir que en la universidad presencial, donde sus estudiantes son mayoritariamente de España, ha habido una bajada significativa en el número de matriculados de carreras de ingeniería, lo cual será un problema en los próximos diez o quince años. Sin ingenieros, corremos un gran riesgo de quedarnos fuera de la revolución tecnológica que estamos viviendo y tener que depender de terceros. Hablando con estudiantes de último año que empiezan a incorporarse al mundo laboral, me comentan que no ven recompensado el gran esfuerzo que requiere cursar una ingeniería con la remuneración que les ofrece el mercado laboral español. O pensamos seriamente en ajustar las condiciones laborales, o corremos un gran riesgo de quedarnos sin ingenieros, lo que a medio y largo plazo repercutirá seriamente en nuestra economía.

La pandemia ha provocado que la ciencia esté más presente en la información que recibe la población. ¿Percibes en tu entorno no académico que ahora se valora más la investigación científica?

En mi entorno, durante estos meses de pandemia, he observado que, pese a que la población siempre ha tenido muy presente la importancia de la investigación para hacer avanzar la sociedad y la calidad de vida de las personas, se ha puesto de manifiesto la relevancia de la ciencia en el día a día de toda la sociedad. Antes la ciencia se percibía como algo importante para mejorar el futuro; hoy se ve como algo fundamental para mejorar el presente.

 

UOC R&I

La investigación e innovación (RI) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo xxi, mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital. Los más de 500 investigadores e investigadoras y los 51 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (eHC).

La Universidad impulsa también la innovación en el aprendizaje digital a través del eLearn Center (eLC) y la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.

Los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu #25añosUOC