«El arte tiene mucho que ofrecer a la inteligencia artificial»

 Foto: UOC

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23/07/2020
Elsa Velasco
Ruth West, artista científica, y Andrés Burbano, artista y profesor universitario, son los coordinadores del último número de Artnodes sobre arte e inteligencia artificial
Ruth West, artista científica, y Andrés Burbano, artista y profesor universitario

 

La inteligencia artificial (IA) ha comenzado a infiltrarse en muchos aspectos de nuestra vida; para Ruth West y Andrés Burbano, es la razón por la que la imbricación entre la IA y el arte es más relevante que nunca. Como artista científica, West aprovecha el potencial de las tecnologías emergentes para combinar ciencia y arte y, en este proceso, generar nuevas formas de percepción y de conocimiento. Y eso no es todo, West dirige actualmente el xREZ Art+Science Lab en la Universidad de Texas del Norte. Burbano es profesor de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Los Andes en Colombia. Sus investigaciones como artista e investigador exploran las interacciones entre ciencia, arte y tecnología vistas a través de la lente de diversas disciplinas, como las películas documentales, el sonido y las telecomunicaciones y los relatos cinemáticos algorítmicos. West y Burbano han coordinado conjuntamente el último número de Artnodes, la revista académica de arte, ciencia y tecnología de la UOC. En el número 26 veremos las formas en que la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y los modelos generativos se relacionan con el arte y el diseño. Artnodes acaba de abrir una nueva convocatoria de artículos para el número 27, que se titulará «Arts in the Time of Pandemics».

 

¿Cuál es el recuerdo más intenso que os ha quedado cuando pensáis en las colaboraciones de este número de Artnodes?

Ruth West (RW): Elaborar este número de la revista requirió colaboración en muchos aspectos. La colaboración con Andrés como editor invitado fue una parte maravillosa del viaje. La profundidad de su conocimiento y su visión como artista y profesor universitario ampliaron mi perspectiva sobre los aspectos históricos y contemporáneos de la inteligencia artificial creativa. Mantuvimos grandes conversaciones sobre la evolución de la IA creativa y sobre cómo los autores participantes en este número fueron capaces de condensar en su trabajo todo un espectro de puntos de vista de una profunda relevancia cultural. Este proceso también dio lugar a la asociación de Artnodes y Leonardo/ISAST, que será una plataforma más amplia para las nuevas y prometedoras voces del arte, la ciencia y la tecnología. Por otra parte, los trabajos de los autores abarcan múltiples dimensiones —entre disciplinas y entre colegas—, lo cual hace que todos ellos se cuestionen la propia naturaleza de la IA creativa. El aprendizaje automático y la inteligencia artificial ¿son un medio, una herramienta o un compañero creativo? Aunque cada uno de los artículos tiene su propio punto de vista, los lectores verán que en muchos de ellos se plantean preguntas como esta de maneras diferentes.

Andrés Burbano (AB): Creo que es importante destacar la calidad y la variedad de las contribuciones. Por ejemplo, tenemos artículos de teóricos ampliamente reconocidos y con trayectorias académicas brillantes en Estados Unidos. También tenemos artistas que han escrito sobre obras concretas, comisarios que han analizado sus exposiciones, desarrolladores de software que se cuestionan sus herramientas, expertos en visualización de datos que se ocupan de la IA y los datos, etc. A esto hay que sumar que las contribuciones proceden de cuatro continentes diferentes y que las mujeres constituyen una parte significativa de los autores de este número. Hay artículos en español de autores de España y de América Latina, que hacen que este sea un número especial.

¿Cómo puede ser creativa la inteligencia artificial?

AB: En lugar de aventurar una respuesta, me parece más importante mantener presente y abierta esta pregunta. La idea de que las máquinas pueden ser creativas es sin duda un agitador, tanto para la teoría de la creatividad como para el aprendizaje automático. Varios autores que colaboran en este número son lo bastante osados como para compartir sus posturas al respecto, lo que finalmente permite que nos veamos reflejados a nosotros mismos en lo que consideramos que es la condición humana o la condición de seres creativos.

RW: En mi obra, trato personalmente con la tensión inherente causada al definir la creatividad en un contexto de colaboración y de creación artística mediada por un sistema generativo que utiliza, por ejemplo, el aprendizaje automático y la IA creativa. No considero que podamos responder a esta pregunta en términos generales, es preferible que la dejemos abierta. Soy incapaz de imaginar cómo sería el futuro del arte si tuviéramos una visión ya fijada de la creatividad, o una solución para esta pregunta. Coincido con Andrés, dejar abierta esta pregunta es altamente productivo no solo para el arte, sino para todas las facetas de la actividad humana.

¿Nos podríais poner algún ejemplo de convergencia entre la inteligencia artificial o el aprendizaje automático y el arte?

AB: Un ejemplo de esta convergencia es la obra de artistas como Memo Akten, que nos anima a hacer una reflexión profunda sobre lo que percibimos visualmente como un espejo de cómo nos vemos a nosotros mismos y de cómo damos sentido al mundo. También tenemos a Weili Shi, que desarrolló un mapa de un planeta nuevo cruzando datos de la Tierra y de Marte. Otro ejemplo es Mimi Onuoha, que adopta un enfoque creativo y crítico para explorar la relación entre IA, datos y problemas raciales. En general, las mujeres son muy activas en lo que es la intersección entre IA y arte. En cualquier caso, debo decir que los artistas han centrado su trabajo en la IA y el aprendizaje automático como mínimo desde la década de los sesenta.

¿Cómo creéis que estas convergencias nos pueden ayudar a evolucionar como seres humanos?

AB: Las preguntas sobre si las máquinas pueden pensar o ser creativas nos obligan a pensar de otras maneras sobre lo que nos hace humanos. Son cuestiones con capacidad transformadora, dado lo rupturista de su núcleo.

RW: ¿La tecnología evoluciona porque hemos evolucionado colectivamente y hemos ido más allá, o son las tecnologías las que impulsan nuestra propia evolución? Es una pregunta compleja.

¿Cómo cambiarán el arte, la música y el diseño gracias a la inteligencia artificial y el aprendizaje automático?

AB: Este número de Artnodes muestra con claridad que estas manifestaciones artísticas ya están cambiando; no es que el cambio esté en camino, es que ya está aquí. Hemos seguido proyectos de aprendizaje automático y de aprendizaje profundo que van del cine a la danza y de la escultura al activismo. La pregunta más interesante es cómo se transformará la IA gracias a las contribuciones y los debates que surgen del trabajo de los artistas.

¿Qué papel creéis que debería tener la creatividad humana hoy, cuando las tecnologías experimentan cambios a más velocidad que nunca?

AB: La creatividad humana está entretejida con la cultura a muchos niveles. La encontramos en el desarrollo tecnológico, en la manera de comunicarnos los unos con los otros, en los discursos que construimos y compartimos. Lo que sucede con el arte es que la creatividad se mezcla con otros procesos, la expresividad, la emotividad y el pensamiento crítico. Pienso que estas facetas del arte hacen que las tecnologías sean menos simples, menos unívocas y más ricas en significados.

RW: Lo que revelan los artículos de este número de Artnodes es que apenas empezamos a experimentar los cambios que se producirán cuando el aprendizaje automático y la inteligencia artificial se conviertan en una parte más integral de las prácticas creativas humanas.

¿Cómo influirá el arte en la evolución de la inteligencia artificial?

RW: En mi opinión, el arte de todo tipo y en todos los soportes construye puentes entre nosotros, entre culturas e idiomas, entre los datos y la fenomenología del universo, para ofrecernos experiencias únicas de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. El arte será el puente entre nosotros, nuestra naturaleza colectiva esencial e inefable y la evolución de la inteligencia artificial.

AB: Pienso que el arte tiene mucho que ofrecer en el campo de la IA. Es importante entender que las herramientas que hoy son ampliamente utilizadas, como DeepDream, en realidad nacieron de la necesidad de visualizar redes neuronales, de pintarlas, si lo quieres decir así, para entenderlas mejor. De repente, aquella manera de visualizar estas redes se transformó en un fenómeno de imágenes digitales psicodélicas cuya influencia llegó a todo el mundo. Con ello, quedó claro que el aprendizaje automático está más al alcance que nunca de artistas, diseñadores, activistas, entre otros.

¿Qué consideraciones éticas emergen del uso de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en el arte y el diseño?

RW: Es fundamental subrayar que los problemas éticos relacionados con la IA no se limitan a su uso creativo; forman parte de un todo que debemos analizar colectivamente y de una manera que sea inclusiva y representativa de la diversidad para conseguir una igualdad significativa. AB: Los problemas éticos en relación con la IA son infinitos. El aprendizaje automático está presente en muchos ámbitos de la vida cotidiana: Cuando hacemos una búsqueda en línea, cuando hacemos una foto con el móvil, cuando empleamos la función de compleción automática para terminar las frases de nuestros correos electrónicos, etc. Muchas prácticas creativas relacionadas con la IA tratan de extraer la raíz de estos problemas éticos, como las bases de datos de información visual, los métodos de entrenamiento de redes neuronales o los sistemas de producción que sustentan dispositivos como los altavoces inteligentes.